jueves, 8 de marzo de 2012

Crash, crash, crash,... es la banda sonora de mi último viaje. He estado una semanita en Finlandia, concretamente en Lahti (pronunciar laajti), a unos 100 kms. al norte de Helsinki, a hacerle una visita a Ester y Mikko... pareja de buenos amigos (espanjalainen ella, suomi él) que tuvieron la amabilidad de acogerme y servirme de guía por esos lares tan nórdicos...


Crash, crash, crash,... las nevadas calles son una auténtica pista de patinaje. Hay nieve por todas partes y tienes que cubrirte de arriba abajo con ropa de abrigo. La semana que yo estuve no bajó de 13 bajo cero, por lo que ¡el clima fue benigno conmigo!. Se me ha metido este sitio en el corazón, por lo mucho que me ha hecho pensar..., desde que me  ha servido para ponerme en paz conmigo mismo después de perder a mi padre, por esos niños tan lindos que tiene Ester a los que quiero mucho (Martin, Matías,... rakastan sinua), a descubrir una cultura muy diferente que me ha permitido bañarme en una sauna finlandesa, compartir una barbacoa en una especie de tipi indio a diez bajo cero,...., beber cidra de fresa (mansikka siideri) y comer carne de reno con puré de patatas (deliciosa...).


Crash, crash, crash..., a la vuelta, me impresionó en el Aeropuerto la pista absolutamente nevada y como un camión se acercó con agua a presión para quitar la nieve que se acumulaba en las alas.... Cuando despegamos, al minuto estabamos en un mar de nubes ... que una hora y media más tarde, al volver a tierra en Copenhague, en la escala a Barcelona, cuando desapareció,... dió lugar a un verde intenso; ... ya no había nieve, ya no estaba en Finlandia...


No sé si volveré, pero ha sido una experiencia muy bonita. Kiitos, Suomi,... Kiitos Ester. En koskaan unohda

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